sábado, 7 de noviembre de 2009

EL CHORRO DE LA PRENSA


Ya en el gobierno, el peronismo desarrolló una política de comunicaciones combinando un amplio aparato de propaganda con el ejercicio de intensivos controles bajo la perspectiva de entender a los medios de comunicación como un grupo de poder dentro de la corporación política.
Luego de una constante confrontación entre la vocación crítica de La Prensa y la voluntad totalitaria del gobierno, y merced a la intervención de la Comisión Visca y al Sindicato de canillitas, el diario de los Paz fue clausurado y expropiado por el Congreso de la Nación en el año 1951 y durante la expropiación, que se extendió hasta 1995, fue administrado por la CGT.

En su mensaje a los trabajadores el 1º de mayo en la Plaza de Mayo Perón expresó que: “el cuento de la libertad es demasiado conocido para que nosotros podamos caer en él. No difiere mucho del cuento del billete premiado o del de la máquina de hacer dinero. Por eso, también hoy, primero de mayo, quiero anunciarles que el diario La Prensa, expropiado por disposición del Congreso Nacional, será entregado a los trabajadores en la forma que ellos indiquen. Este diario, que explotó durante tantos años a sus trabajadores y a los pobres, que fue instrumento refinado al servicio de toda explotación nacional e internacional, que representó la más cruda traición a la patria, deberá purgar sus culpas sirviendo al pueblo trabajador para defender sus reivindicaciones y defender sus derechos soberanos. Todo esto, por decisión soberana y libre del pueblo argentino, en favor y defensa de la libertad que él quiere de acuerdo con las leyes y la constitución que él libremente se ha dado y mantiene, sin pensar que a los demás pueda o no gustarles el gesto libre y la actitud soberana.”
Después del golpe militar que derrocó al presidente Perón fue devuelto a sus antiguos propietarios, la familia Gainza Paz, y reapareció nuevamente el 3 de Febrero de 1956, con una tirada de 350.000 ejemplares.
Antes y después de la expropiación, el público lector de La Prensa estaba constituido por sectores sociales tradicionales, familias vinculadas a actividades económicas principalmente asociadas con el sector agroexportador, y políticos, militares e intelectuales con influencia en el ámbito público.

El período que comprendió el gobierno peronista de 1973 era visto por el periodista de La Prensa, Emilio Hardoy, como “un proceso de degradación, de corrupción y desmoralización de la sociedad nunca visto antes”.

Un ejemplo del carácter amenazante que para el diario significaba el regreso del peronismo al gobierno luego del exilio lo constituye la conducta de cerrar la casa central el 25 de mayo de 1973 para prevenir un eventual ataque de quienes celebraban la asunción de Cámpora.

Este temor no se restringía a los simpatizantes peronistas puesto que La Prensa recibió diferentes ataques de grupos armados disímiles quienes lo identificaban como símbolo de la oligarquía y el imperialismo al cual enfrentaban.
Entre 1974 y 1975 sufrió cinco atentados perpetrados por comandos y la cobertura de estas noticias fue complementada con varias fotografías publicadas tanto en la primera plana como en el interior del periódico llegando, incluso a editorializar sobre el tema.

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