lunes, 7 de septiembre de 2009

MIRAR EL CIELO PARA CONOCER LA TIERRA


Recorrer la historia de las instituciones en Argentina es muchas veces recorrer también la historia de sus gobiernos. Hoy, el Observatorio Astrofísico Bosque Alegre retoma su actividad científica luego de una suspensión de casi 6 años. Es una decisión política como también lo fueron las que motivaron su creación.

Sarmiento, mucho antes de ser presidente en 1868, protagonizó una serie de viajes que lo vincularon con personalidades de la ciencia y reforzaron su convicción de que el país necesitaba el impulso que el conocimiento genera.

En EEUU se vinculó con los esposos Horace y Mary Peabody Mann, quienes influyeron sobre él en temas de educación pública y astronomía. Horace Mann cultivaba una amistad con el astrónomo James Melville Gillis quien en 1850 ya había tratado con Sarmiento en Chile. Este conjunto de amistades e influencias determinarían la decisión de Sarmiento, ya instalado en Nueva York en 1865 como Ministro Plenipotenciario de Mitre, de oponer a la barbarie de los caudillos federales el conocimiento científico.

El hombre que todos sus conocidos americanos le recomendaron fue Benjamin Gould, doctor en Astronomía con una tesis dirigida por el celebre Carl Gauss y amigo íntimo del geógrafo Alexander Von Humbolt. Semejante curriculum convenció a Sarmiento y las oportunidades que ofrecía la incivilizada Argentina convencieron a Gould.

Una vez en el Sillón de Rivadavia, Sarmiento y sus colaboradores decidieron instalar el primer observatorio nacional en Córdoba. Su condición mediterránea aseguraba calidad para las observaciones y la distancia que la separa de la cordillera, la preservaba de sismos. Además, la reciente inauguración del ferrocarril Central Argentino permitía traer a Córdoba el instrumental necesario y el novedoso telégrafo aseguraba las comunicaciones con Buenos Aires y el mundo.

Otra razón de valor fue la trayectoria de la Universidad Nacional de Córdoba dado que Sarmiento quería que el nuevo Observatorio aportara cientificismo a los claustros. Y finalmente la figura de Dalmacio Velez Sarsfield, Ministro del Interior de Sarmiento, habilitó el apoyo político al emprendimiento.

El Observatorio de Córdoba se creó en 1871 con la dirección de Gould y avanzó en proyectos de catalogación de posiciones estelares, fotografías de grupos de estrellas y análisis de espectros. También publicó la obra Uranometría Argentina que contabilizó cerca de 8.850 estrellas. Por aquellos años el Observatorio se destacó por la regularidad de los registros y el aporte de conocimientos prácticos tales como la ubicación exacta de las ciudades, la sistematización de unidades de peso y medida y la determinación de una hora oficial para todo el país. Antes de eso, los habitantes se regían por los horarios de los ferrocarriles, los barcos o los precarios relojes de sol.

Luego de Gould y de John Thome, en el año 1909 la Dirección del Observatorio recayó en Charles Dillon Perrine quien garantizaba la continuidad de conducciones americanas a la vez que venía acompañado del antecedente de haber descubierto 2 satélites de Júpiter, varios cometas y estudiar diferentes eclipses en el Observatorio Lick donde era astrónomo. Bajo su conducción se decidió la construcción del Observatorio en Bosque Alegre con la instalación del monstruo, un telescopio de un metro y medio de diámetro, uno de los más grandes del mundo.

La locación en la serranía cordobesa fue resultado de la donación de terrenos que a Perrine le hizo su amigo Henry Reynols pero así como este hecho facilitó la empresa dificultades técnicas para la realización del espejo del telescopio en EEUU más la lógica inestabilidad política que generó la Primera Guerra Mundial demoraron el proyecto. Los ecos del conflicto terminado y el que se avecinaba terminaron en 1936 jubilando al americano Perrine y luego de las direcciones de Félix Aguilar y Juan Nissen llegó el tuno al astrofísico Enrique Gaviola. Con él los trabajos retomaron el impulso, resolvió con su talento las dificultades que tenían los norteamericanos para concluir el espejo del telescopio que fue armado en el país, casi sin planos, por Carlos Ponce Laforgue y el mecánico Angel Gomara.

El 5 de junio de 1942 y con la presencia del Presidente Ramón Castillo se inauguró el Observatorio Astrofísico Bosque Alegre. Con casi 60 años de existencia, hoy sigue teniendo sueños como los de mejorar el instrumental, transformarse en un Observatorio Escuela y seguir leyendo lo que nos dicen las estrellas.

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