A finales de la década del 80 estaban de moda las jornadas de comunicación en Las Varillas. Desde Eduardo Aliverti hasta Ricardo Horvat pasaban por allí.
Los alumnos del Inescer íbamos hasta la tierra de Zanello cantando canciones de Baglietto en un colectivo sin ITV.
En un cine teatro del pueblo, en un atardecer oscuro, se celebraba el cierre.
No sé por qué, en una de esas jornadas, el novel Claudio Fantini señaló en su exposición que América Latina presentaba un alentador panorama por los incipientes gobiernos democráticos que se extendían en su geografía.
Desde la primera fila, envuelto en un sobretodo negrísimo y atorado por una corbata color rojo sangre, Víctor Brizuela preguntó "al joven Fantini" si consideraba democracia al gobierno cubano.
A mi lado, en el gallinero de aquel cine teatro, lo comenzaron a putear mis compañeros. Pato y Rosana los más enérgicos.
No sabía antes quién era Víctor Brizuela. Supe desde entonces quién era Víctor Brizuela.
Que Dios lo tenga en la gloria y que no lo suelte ni siquiera un ratito.
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