domingo, 25 de octubre de 2009

MENDOZA 633


Siempre me amenazo con hacer la larga lista de domicilios que alterné en Villa María. Otro día.

Por ahora sólo quiero mencionar que en una casona antigua que funcionó como Pensión comí el pollo asado más rico que recuerde.
Fue en la cena de Año Nuevo de 1998 ó de 1999 y lo asó mi amigo y compañero de pensiones Jorge Torre Torre. Tuvo al pobre pollo cerca de 4 horas en la parrilla pero estoy seguro que el agradable sabor de ese pollo no tuvo su origen en la extensa exposición a las brasas sino en el gesto solidario del amigo que me ayudó a mitigar la pena de un abandono en esa noche especial.

Esa casona estaba en Mendoza 633. La demolieron. El recuerdo sigue en pie.

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