En el campo amonestan, cuando se mentan finaditos, ¡¡"qué gusto de mover los huesos"!!
Siempre es prudente dejar descansar en paz a los muertos. Vamos a desobedecer.
En abril del 2008 Nicolás Casullo , de modo genial y mediante un texto que cobra actualidad, retomaba la reflexión sobre los medios de comunicación y la sociedad.
Allí recordaba que Heriberto Muraro, luego de analizar los informativos de los canales 9, 11 y 13 advertía sobre “el empleo del noticiero como difusión de ideología conservadora” a partir de “la mutilación y el retoque de noticias” y que con “la transformación de dichos programas en una suerte de show”, pretenden “la neutralización de la información” (aparentar que no se toma posición política), a la vez de “promover falsamente una ideología crítica popular, transacción ideológica” como dispositivo que procura que el espectador “se sienta comprendido”: con “una identificación inmediata” con la pantalla desde mensajes “parciales y vicarios”. Casullo subrayaba que a esto lo estudió y lo publicó Muraro en junio de 1972.
También recordaba que el director de la Revista Comunicación y Cultura, Armand Mattelart caracterizaba ya en 1970 al medio de comunicación de masas como "un mito al cual se considera dotado de una autonomía que trasciende a la sociedad misma. Es la versión actualizada de ‘las fuerzas naturales’ que ocultan sus distintas formas de manipulación”, que plantean “modelos normativos” y crean “una comprensión colectiva donde los conflictos son tergiversados”.
El repaso de Casullo también incluía el dato que el analista norteamericano Herbert Schiller, en un documento publicado en 1975 por la UBA señalaba que “No se puede hablar ya de política y Estado nacional sin señalar el nuevo poder tecnológico y cultural de las comunicaciones en manos monopólicas. Dichos medios no son ya simple trasmisores de información, sino medios de control social. Se debe pluralizar democráticamente –desde la participación y la crítica de la sociedad civil y política– el tema de las responsabilidades de ese poder privado que se adueña de una controvertida idea de libertad y democracia”.
Finalmente, Casullo se ilusionaba, en abril de 2008, con que "Tal vez ahora se pueda, de avanzar ciertas inéditas intenciones del Gobierno, reponer y desplegar un debate (cancelado) sobre los medios masivos, en el contexto de una situación donde ninguna identidad política, ninguna instancia gremial o cultural, ni muchas universidades, tiene un discurso que va mucho más allá del sentido común que impone la programática de mercado con su doctrinarismo sobre “la libertad” del alto capital mediático concentrado, y el fetichismo del periodista independiente. A veces los ’70 no son solo muerte y duelo. La memoria también es esto".
El texto completo acá.
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